Oliver nació en medio de una familia de granjeros. Se dedicaban a cuidar animales, pero sobretodo al cultivo de sandías y calabazas. Era una familia adinerada a pesar de ser solamente granjeros.

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Sin embargo, desde que Oliver nació, todo empezó a torcerse poco a poco.  Oliver siempre ha sido extremadamente torpe y eso generaba múltiples problemas en su casa en cuanto a cosas que arreglar. Pero lo peor, empezó a llegar cuando él tenía cinco años.

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Una época de lluvias después de un verano demasiado soleado terminó por estropear todos los cultivos de la familia. Poco a poco fueron quedándose sin dinero y el hermano mayor de Oliver se fue de la granja para buscar empleo. Murió en un accidente de barco en su primer día de trabajo.

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El padre de Oliver, derrotado por aquel trágico acontecimiento, empezó a beber como si no hubiese un mañana. Y tras eso, abusó sexualmente de su mujer cada día.

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Una de las veces, Oliver pilló a sus padres en pleno acto a raíz de los gritos dolorosos y desgarradores de su madre. Oliver, se escondió bajo la mesa del comedor y se tapó las orejas intentando que aquella imagen pasase cuanto antes. Aquella misma noche, su madre le explicó que a veces era normal que aquellas cosas sucediesen y que lo mejor era dejarse hacer porque ella había actuado mal y se lo merecía.

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Fueron muchos meses escuchando aquellos gritos cuando, al padre de Oliver no le bastó sólo con su mujer. Una noche en la que había bebido todavía más de la cuenta, no dudó en ir a su cuarto. El pequeño ya estaba durmiendo pero eso lo hizo todo más fácil. Con muy poca delicadeza, tomó a Oliver allí mismo, sobre su cama. La madre de Oliver trató de detenerlo pero no pudo. Un golpe por parte de su padre, bastó para que ella cayese inconsciente y tras el golpe que recibió contra el suelo, murió.

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A la mañana siguiente, Oliver estaba horrorizado por lo que había pasado. Inmóvil bajo las mantas, aún con algún rastro de lo ocurrido la noche anterior. Lloraba más de lo que nunca hubiese llorado. Tras levantarse, la escena fue peor. Encontró a su madre... ya fría por la falta de vitalidad y vio a su padre ahorcado en el salón de la casa.

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A partir de ese momento, decidió que no volvería a a querer a nadie pues estaba seguro que todo había sido culpa de su mala suerte. Oliver se marchó de su casa con 14 años.