top of page

The Black Dragon

Dolor, odio, sufrimiento... Muerte.

 

Era la segunda vez que había sido abandonada por el mismo chico. El único que había conseguido ablandar su duro y frío corazón. Le había dejado entrar en él, había confiado en él y él se había reído de ella... O al menos así lo veía Evelyn.

¿El amor? Ella misma lo sabía. Te hacía débil y estúpido. Y aun así, ella se dejó embaucar por una tierna sonrisa y unas bonitas palabras. Fue idiota, estúpida. Y lo peor es que no estaba enfadada con él al completo. También era consigo misma.

Caminaba por su castillo en Venganza de la Muerte como si de un caballo se tratase. Trotaba y de vez en cuando daba un fuerte pisotón al suelo que resonaba por todo el lugar. Ninguno de sus no-muertos se atrevían a acercarse a ella... Y era lo más normal.

De pronto, y en un ataque de ira, lanzó una flecha a una de las vidrieras del castillo, rompiéndola en mil pedazos y dejando a la vista el cielo. Era oscuro y gris... como siempre. Pero se quedó mirando con detenimiento una de las nubes que pasaba en aquel instante por delante del agujero de la ventana.

Tenía un aspecto de dragón. Recordó entonces la historia que su madre le contaba cuando era pequeña. Había un dragón llamado "Black Dragon" que causaba el terror allá por donde pasase.

Empezó a reír. Empezó a reír como NUNCA antes lo había hecho. Se había vuelto más oscura, más cruel, más fuerte. . . Había perdido el norte por completo. Estaba dispuesta a seguir con su guerra por encima de todas las cosas. Por fin podría ejercer su venganza.

Ella sería la futura gobernadora del mundo. Ella se autroproclamó "El Dragón Negro" y dejó atrás su pasado.

bottom of page